Samsung Galaxy Note Edge

con la llegada de este nuevo terminal de Samsung se abre un nuevo estilo de diseño en el mercado, sobre todo porque con este terminal llega la tan esperada pantalla curva con sistema AMOLED, que para muchos es la mejor del mercado.

Con una apariencia prácticamente igual a la de su predecesor, este phablet es un dispositivo muy potente. Procesador de cuatro núcleos Qualcomm Snapdragon a 2.7 Ghz, gráfica Adreno 440 y 3 GB de memoria RAM. También tiene conectividad LTE (4G) y tecnología inalámbrica NFC. Como extras destacan un sensor del ritmo cardíaco, lector de huellas digitales y hasta un medidor de oxígeno en sangre.

Modificaciones en el diseño

La pantalla curva ha obligado a Samsung a realizar algunas variaciones que no gustan demasiado, como prescindir del aluminio y elaborar la carcasa de plástico. No obstante este es de alta durabilidad y el phablet es bastante robusto. Su acabado en color blanco lo hace bastante vistoso.

Otro cambio está en el botón de encendido, que ahora está en la parte superior. Es natural, porque la pantalla curva en los bordes no permitía tener en ese lado un botón accesible.

Pantalla 2 en 1

La curva del lateral de la pantalla no influye en la pantalla. El panel es todo uno, pero el terminal lo maneja como si fuesen dos pantallas distintas. El borde lateral sirve como panel de acceso a aplicaciones y navegación.

La calidad de la pantalla es fabulosa. Su panel SuperAMOLED tiene una muy buena resolución. Hay algunos tonos un tanto extraños y el color no es muy natural cuando se gira la pantalla, peo no es algo que se tenga que mirar como algo negativo.

Duración de la batería

Contar con una pantalla que exige tanto como la del Note Edge produce algo menos de duración a la batería de este, aunque se puede llegar a las 5 horas con la pantalla encendida, y con un uso relativamente normal esto es bastante.